Hou Yi. Defensor de la Tierra

 Hace mucho tiempo sucedió una inesperada calamidad. Desde donde nadie se hubiera imaginado se alzaron 10 soles en el horizonte. Tal calor y luz incesante devastaron la Tierra, marchitando los campos de cereal, secando ríos e, incluso, derritiendo el metal forjado. Doblegada bajo estos rayos abrasadores, la gente le rogó al dios-emperador Di Jun que les ayudara. En respuesta, el emperador llamó al gran arquero Hou Yi. Armado con un místico arco rojo y una aljaba de flechas, Hou Yi viajó a la Tierra. Encontró tierra estéril. Protegiendo sus ojos, miró de cerca a cielo donde los 10 soles resplandecían cruelmente. Golpeando las flechas contra su arco, Hou Yi envió una advertencia a los soles, esperando asustarlos y alejarlos, pero permanecieron, imperturbables. Entonces, Hou Yi, envió un disparo certero.

Perforado, el sol explotó en múltiples colores y un cuervo rojo gigante de 3 piernas cayó a la Tierra, asesinado por la flecha blanca. Hou Yi disparó sus flechas 8 veces más. Ocho explosiones más tomaron el cielo y 8 cuervos más cayeron muertos. Así pues, Hou Yi dejó sólo un sol en el cielo, un sol que aprendió a temerle y a comportarse.

Guan Yu. El santo de la guerra

Como hombre, Guan Yu era la encarnación de la lealtad, el honor, y la fuerza.

Como Dios, él es el guardián de la justicia, un héroe para los oprimidos, el santo de la Guerra.

En los tiempos antiguos de Oriente, una gran guerra entre los Tres Reinos se libró. El señor de la guerra Liu Bei, y sus amigos, Zheng Fei, y el poderoso Guan Yu hicieron un juramento de hermandad en un jardín de melocotones místicos, comprometiéndose a crear un mundo nuevo y justo. Juntos, lucharon incontables batallas en contra de los señores de la guerra Cao Cao y Sun Quan, y Guan Yu creció en fama por su destreza en combate y el honor inquebrantable.

Durante la guerra, Cao Cao capturó a Guan Yu. En ese momento, el destino de Liu Bei era incierto, por lo que acordó luchar por Cao Cao en condiciones específicas, sobre todo que él abandonaría a Cao Cao si alguna vez se entera del paradero de su hermano jurado. A pesar de los regalos y promesas de riqueza, cuando Liu Bei resurgió, Guan Yu fue inmediatamente a su lado. Años más tarde, Guan Yu se enfrentó de nuevo a Cao Cao en el campo de batalla como el señor de la guerra que huyó de su derrota en los Acantilados Rojos. Guan Yu cortó la retirada de Cao Cao y borró sus fuerzas. Cao Cao, sin embargo, fue perdonado y liberado, como una cuestión de honor.

Después de su muerte, el espíritu de Guan Yu se mantuvo en un lugar sagrado, acudiendo en ayuda de los aldeanos de las cercanías necesitadas, luchando contra lo cruel y lo egoísta. De todas partes de Oriente, los fieles llegaron a la ermita, y quemaban incienso en su honor. Esta popularidad llevó a la fe, y por lo tanto Guan Yu fue creado como un Dios, divinizado unos pocos cientos de años después.

Ahora, él encarna las virtudes que vivía. Sus estatuas, empuñando un Dao Guan masivo, vigilando el mal. El rojo representaba su lealtad, su imagen es llevada por los comerciantes como prueba de que se puede confiar. Si su causa es justa, él lleva los ejércitos a la victoria. Entre los dioses de cualquier panteón, hay pocos tan mortal y ninguno tan justo como Guan Yu.